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Sunday, June 28, 2015

Una avenida intransigente.

Descubrí que no te quiero en mi vida,  pero tengo la necesidad de que permanezcas en mi espacio.  Dejarte corregirme,  establecer patrones, arrancar mi corazón y triturarlo hasta ser transigible para el mundo, acoplarme al sacrificio; atravesar la avenida, evitar la penuria del corazón. No harás que sea exiguo.  Tendré que confrontar los 20 años de errores cosales e imaginar futuros para hacerlos reales, o quizá no, pero en cualquier caso imaginarlos. Tal como fantaseo con ser tu persona favorita o con una tarde en Elizabethtown. También caminar por tú avenida,  sin mucha agua en esta época donde hace más calor que en la puerta del infierno... Disfrutar de las estrellas, al mismo tiempo.  Todo mientras tú encuentres la canción correcta para tu corazón.  Yo no podré irme,  tú tendrás que marcharte. 

Sunday, May 27, 2012

Square


Una historia muy similar a una película circular con cola; máxima de dos horas, incluso menos. Llena de detonantes y un clímax inesperado, puntos de giro más indecisos que el andar impreciso de sus protagonistas.

Como estrategia: Ahora pretende desafiarle para luego endulzarle, sin ahogarle como él cree que sería; ya que corre como cuando gritan que esta libre la portería.  Sin embargo, ella sufre de jaqueca cuando se le alborotan las abejas. De esas que entre vuelan los estómagos cuando se dispara el corazón.
El día que lo conoció,  sus risos cautivaron la atención de Emily, no como otros que simplemente la llaman creyendo que es una puta extrovertida que teme ir a casa. Después de unas horas sin necesidad de rubor quién iba a decir que se atrevió a hablar, después de todo ella es algo tímida frente a sus gustos, con la desdicha de imaginar su sonrisa a causa de otra y entre tacones gigantes, corbatas, alborotos y aplausos se deslumbro con sus sandeces y se dejo llevar echándolo todo a perder. Sin embargo, sólo fue cuestión de  unos meses para que apareciera lo que viento se llevo, como cuando un niño recupera su balón perdido.  A diferencia de que él, nunca ha sido de su propiedad y es claro que nunca lo será.
Como cuando un niño recibe su primer juguete un poco atontado e inexplicablemente feliz así se sentía, como con un batido de limón que a pesar de su acidez conserva su textura suave por la facilidad de tentar su boca; como un litro de helado que extremadamente delicioso siempre le ocasionaban ganas de más…7 meses, 2 semanas, 5 días. Pasa el tiempo, los caprichos, los veranos, los reproches siendo  él único descomponedor de sus noches; tratando de entender que una estrella fugaz efímera y sin lugar fijo ni edad.

Él, un guerrero de la selva, un lunático del viento, un anciano de cervezas y un niño de razonamientos. Un viajero imparable, radiador de sonrisas que logra lenta y vigorosamente dejarle de recoger con cucharita… Él tiene el silencio y la maravilla del ingenio.

El Anciano - Uno de sus amores más temidos, más codiciados…  Ella sin tener idea del calor de sus manos, pero si del poder de su risa.  Tiene grandes dudas de que pueda pasar mañana, ya que  tiende arruinar momentos; no obstante cree en la palabra amor y le disgusta la palabra fiel. A ella le agrada la relajación y bajo la lluvia caminar. Canta con desafinación y bebe con hostilidad. Sufre de terquedad y multipolaridad a pesar de que aún conserve la fe en que pueda hacerle volar aquel anciano vagabundo que acabo con su vulnerabilidad.  Emily tiene claro ya la dirección de los pasos que entre las pupilas se aleja. Posee la firmeza de creer en un amor con  libertad y un hacer de solvencia con creatividad. Sin embargo lo perdió entre líneas de conclusiones errantes y afanes simultáneos.Ahora no sabe ni de que hablarle pues sólo quiere fotografiarle, ahora no sabe si proponerle que la tome de la mano y que la agarres fuerte. Él sabe, para que ella no se pierda; o permitir que el tiempo lo lleve; pues de las relaciones prefiere las ciencias exactas.  
  

Gritos, sin sabores… Emi gusta de la buena cocina, pero en el pueblo es difícil mantenerla limpia y él es demasiado plato por estos días; además para ella su vicio favorito es probar labios frescos pero los de él la han dejado sin aliento, porque no es la droga perfecta simplemente es la que quiere que la mate. Su gusto y su pasión no se desvanecen tan fáciles como el alcanfor. Lo que desea  es que el Anciano pueda estar con otra, sin olvidar que para Emi son el uno para el otro.  

Ella cree en morir entre sus brazos, en volverlo a caminar, en las noches frías de verano y en las ansias del suspirar...

Toda suya siempre todavía…  Anciano.

Thursday, December 22, 2011

El señor de las medias azules.

“Es como quedarse en "pelotas" ante un amor frustrado.” -Joaquín Sabina-

Diez minutos más de mierda, canción de fondo agotadora, miles de gritos encerrados; yo suspirando por tu boca, en tan solo una semana envenenaste mi alfabeto y te dejaste regar en mi pensamiento. Como esos vicios que recorren tu piel, te complacen sin porqués y dosis diarias necesitas, quiero ser.
Veo los diarios de ese caminante que es tan solo un peregrino  y me recuerdan los humos que alguna noche me hicieron volar pero también toser pues su aroma lo hacía envejecer.

Cansada de tanta miel con gaseosa y de simple galactosa me volví adicta al chocolate amargo, a ese que es puro incluso cuando esta derretido, así paso mis noches entre sones y sin sabores, entre vecinos fiesteros y ruidos de automóviles, con tu lugar en mi cama acogido por un par de almohadas y en lugar de tus besos un peluche con aroma a vainilla de esa que me hacen sentir como una niña, una niña traviesa que prefiere pintar en paredes ilusiones perdidas de viento y sentimientos; que sonreír falsamente por una victoria envuelta de mentiras de las cuales sus amigos suelen llamar complicaciones de la vida.

Hoy no tengo más que mocos para darte ya que las letras de esa canción de amor se quedaron encerradas cuando corrí tras la última decepción,  no vengo a pedirte horas de atención,  ni mil amores pues con el estar aquí presente mis ojos ya no aguantan las ganas de robarte un beso atrincherado que te tome de la mano y te diga cual pelmazo que te quedes a mi lado.
Hoy cualquiera puede andar de medias azules, hoy cualquiera toma té en las esquinas, y hoy cualquiera también escucha canciones de amor; pero no cualquiera se ríe de sí mismo, no cualquiera aprende de tristezas y no cualquiera baila sin canciones.

- Yo soy muy sensible a la belleza así que no distingo el corazón y la cabeza –
Mientras me pinte las uñas, me enamoraba de un desconocido viendo una película de acción, para matar el frío y no hacerle caso a la razón. Sin embargo este querido señor, prefirió echar al viento el corazón y seguir con sus rizos sin matizar la canción. Ahora me pregunto porque no me ingenie otra forma para crear un pasaje que no tuviera estación en el desamor sino que la magia nos llevaran a volar y las noticias al sueño no llegar.

Quizás nunca te vuelva a encontrar o de la mano te vea caminar con una chica de medias azules que vaya bien con tu estatura y tu ritmo de caminar. Pues si alguna vez no muy lejos de estos tiempos de azar te vuelvo abrazar en tu sonrisa plasmare que yo no sé mucho de canciones ni de amores, pero puedo regalarte margaritas con una suave brisa que llegue a saciar tu sed.


Porque mi vieja me enseñó como bien dice Calamaro en su canción “dicen que hay un mundo de tentaciones, también hay caramelos con forma de corazones... Dicen que hay algo que tener, y no muchos tenemos”.



Monday, December 12, 2011

De espaldas.

Porque no darte la espalda, porque no decirte adiós y marcharme para siempre para dejar tan solo las risas que nos hicieron presentes.

Hoy por hoy ya no me queda nada, ni siquiera el deseo de tenerte cerca, mi escenario ya está sucio, mi función se ha desteñido y mis plegarias están perdidas, mi compañero ya se ha cansado de sostener mis gritos sin embargo el sigue aquí.
En cambio tú, con tu boca sellada pretendes que continúe mi acto sin sentirte un completo extraño, sin reproches, maquillando mis mejillas para que creas que aún me sonrojo al verte. 
Ya estoy aquí, mis pupilas se han dilatado pensaría que es normal, pero después de tanto llorar mi mirada no brilla  y mi espalda está cansada de cargar.

-Sin embargó puedo ponerme humilde y decir que no soy la mejor, que me falta valor para atarte a mi cama, taparte los ojos y seducir tu  alma.-

Así que hoy me despido y sin revirar te deseo suerte mucha suerte y que en tu camino encuentres alguien que te bese siempre igual. 

Entre delirios y recuerdos.

Otro día naranja amarillento entra por la azotea, escabulléndose entre los rincones;  las escaleras crujen y el viento sopla tan fuerte  como aquel viernes en el que Peter murió. La casa está tan llena.  Megan viendo sus novelas cotidianas; el tío Char  fumándose un tabaco al ritmo de Serrat y García;  Emily como de costumbre encerrada en su cuarto, nadie sabe lo que hace allí; papá haciendo su rutina de ejercicios, mamá en  la cocina, el perro tirado en el tapete rojo de la sala rascándose las pulgas y mordiendo el gato de peluche que en un tiempo fue mío, pero que ahora solo quedan algunos restos.  Así pasan los días en esta casa resquebrajada por los recuerdos  y los desaires.

Así después de unos 3 o 4 minutos de caminar por el techo, mamá grita, no pregunto cuál es el motivo, pues ella a veces lo hace porque sí  y ya no quiebro las tejas pues esta casa solo entra  en silencio cuando quedamos el perro y yo y pues cuando la vecina de al frente no saca su perro de cuerpo minúsculo y ego presumido a pasear por ahí, haciendo escándalo por todo el edificio. ¿Qué tiene que ver el perro? No sé, tal vez lo irritable que hace mis tardes de series o mis noches desica o será porque no tengo quien me saque a pasear, creo que no importa; no podría caminar en las manos, las ensucio y eso me pone molesta.
Otra cosa que me pone molesta es saber que el tio char no hace parte de la familia y que me gusta y no puedo hacer nada frente a ello. 

El suele aparecer y desaparecer constantemente, la lujuria de su cigarrillo acompaña mis noches traviesas de letras y desvaríos.
Todavía recuerdo nuestro primer beso, el ángulo perfecto, el movimiento desviado y suave de su lengua, el calor de su respiración y el pasar gustoso de su saliva sobre mi lengua.  Sin embargo todo quedó en ese primer beso, tanta perfección no podía ser tocada más de una vez. Así que de nuevo se marchó. Yo retome las escaleras crujientes y mi bronceador,  en la azotea tras una tarde de lluvia y calor exorbitante de cuerpos amantes y lúgubres pasiones.
Hoy después de una pelea, digo comida familiar; subo a la azotea  y  detrás de un atardecer naranja abro mis y me doy cuenta que soy muy mala para inventar historias.

Sunday, November 13, 2011

Un rastro de viento.

… Pienso y razono, dos cosas que no practico muy a menudo antes de entrar en acción.  Después de un breve receso entre griterías y horas de clase, cierro por un instante mis ojos y me doy cuenta que sigo aquí en este asiento lleno de angustias, delirios y alegrías, el cual me permite una estación más; brindándome dos opciones, una para marcharme y otra acomodarme y acostumbrar.
Suspiro e imagino el cielo sobre este techo blanco, un poco resquebrajado por el tiempo, que algún día caerá para dar fin a una partida que seguramente yo no inicie, pero ahora soy la jugadora "principal"; que escucha lo que no debe, ríe de lo que no puede y sueña con lo que no alcanza.

Molestias por do quiera abruman mi silencio, preguntas sin cesar sollozan  entre multitudes que esperan una equivocación, actos sucios renuevan la picardía del querer y entre un par de sombrillas húmedas, al son de los  Hombres G noto que…

Tal vez no me haya ido aún, tal vez los recuerdos que tengo hacen que mi boca este seca, tal vez este –tal vez- sea la incertidumbre de mi vida, tal vez mis decisiones siempre son las peores o tal vez por primera vez tenga la razón, no lo sé. Lo único que me acompaña ahora son las ganas por cambiar un pedacito de este mundo, equilibrar cada paso y tomar la medida del tiempo.

Sí del tiempo, ya que es lo único que tengo; considerándolo como ese recurrir que me recuerda que hago parte de este presente, esa paradoja que suelo llamar vida y para hacerla interesante la lleno de momentos pasajeros, pérdidas y ganancias; con los cuales conformo mi historia, que aunque en ocasiones es errónea, apenas esta dejando un rastro de viento en este mundo de efímeras conclusiones.  


Thursday, March 10, 2011

Un escrito rosa.

Sueños vienen y van, algunos por su magnitud solo se quedan en eso, otros por su inconstancia se pierden en el viento y unos con suerte logran desenvolverse.
Una vez en un compartimiento de mi mente logre encajonar las ideas rosas de mi inconsciente;  aquellos momentos que me gustaría pasar, esos visos que nunca van de mas en el viaje de la buseta a casa, esas fotos que nunca existieron,  esas manos que tocaste entre el viento, esas risas con compañía pero al mismo tiempo con nadie.
Un cajón que no puede tener más tonalidades vivaces pues sería impenetrable, una bomba atómica para las decepciones y tristezas,  una melancolía constante  por las ansias de lograrlo.  Quizás debería dejar el gusto por el cine,  ese vomito de palabrería  y sonrisas causan a mi mente un colapso de ideas que aunque sé  que muchas quedaran frustradas, un mapa mental  logra hacer hervir mis venas y al mismo apagar mis ojos.
No podría ser más ficticio el hecho de que todos tengamos poquita ropa en nuestra mente,  el de revivir los cuentos de hadas o más bien sacarlos de portada, el de que  nuestra vida tenga música de fondo o que a los 30 aun poseamos muchosidad como a los 3 …
Allí pasan las horas y cada minuto invento algo nuevo, o será copia de un libro?  Sea como sea en mi concepto no debería ser solo divulgado en cintas  de reflejos cerebrales o películas.
Muchas son las confesiones inconscientes que realizamos a diario, muchas son las decisiones absurdas que tomamos por aligerarnos; como cuando un infiel dice “jamás lo hare”,  a menudo se convierten en causas incontrolables. 
Costumbres en la calle, inestabilidad en el clima, percepciones en el aire y de pronto pensamientos entre mezclados en el té; promesas desquebrajadas, citas de labios sumergidas en licor, una perdiz en medio de un aguacero desgarra sus plumas por falta de anhelo.

Una sonrisa colorida, una expresión amarilla y un moñito curioso en su cabello.  Unos ojos que hablan por sí solos, unas manos intentando dar calor y una boca que te entiende los problemas. Un abrazo y una fuerza que te llega, una magia eterna. “ AOS


Los marcos sobrepuestos riegan la tinta sobre la alfombra,  el olor a naftalina va tras los vestidos rotos, el juego de sabanas rosas esta mojado, mi nariz está seca y fría, mi espalda tiene sed de apegos pero mi cabello tiene sobras de anhelos.
La película sigue corriendo, pequeñas distorsiones se asemejan a la neblina en las mañanas,  la galería de arte da unos cuantos paletazos sobre sombras incoloras, escucho el sonido de un gargajo y acelerándose, aun espero el momento en que mi bomba de chicle sea explotada por algo más que carne y hueso. 

Wednesday, March 9, 2011

La ultima mudanza.

Emily toma su equipaje y recoge su pañuelo, solemnemente camina hacia los escalones del tren.

La noche congela hasta el rincón más recóndito de la tierra;  su piel totalmente  erizada convierte sus vellos en espadas rompiendo el viento y el verbo aprehender parece una metáfora inconclusa, todo se disuelve en sus manos, se escapa de los sentidos, del mismo tiempo.
Su vida parece arrollar sus sueños, y él se acerca a estropearlo todo, a mostrar que errar no es humano, ni llorar, ni mentir…

Antes ellos fluían juntos, el mundo era bello por simple rareza, todo tan fácil de aprender, antes de su abrazo ella era un caballo sin herradura, ahora sus bienes no son salida ni entrada, ella lo extraña y por supuesto hace frío. 
La noche parece una estampa de esas del norte de Canadá, él es su alivio; verlo lejos, sentir la ausencia pegada en los rincones del sabor de sus besos perdidos en el tiempo, sus delicados dedos rompen las notas de una guitarra que no sabe si atormenta o acompaña.
Sus sábados tendrán una vicisitud repugnante, el café  ah llegado a su fin, los atardeceres pintados pierden su color y las noches bohemias carecen de suspiros ajenos y lagrimas armónicas,  porque las sonrisas se funden  en recuerdos y peor aún en uno que otro olvido.
Emily empieza acostumbrarse a ese callejón de recuerdos, al jugo de naranja espeso, al goteo inconstante del grifo al medio día, de la ausencia de olor a yerbabuena; comienza a serle susceptible el sabor a leche rancia en la nevera,  que al  momento de cocer la carne deba marcharse o las palabras vagas que él usa con frecuencia.

Ayer salió de su casa compro cuadros nuevos, fue aquel bar por el centro por la cerveza que osaban compartir, paso intencionalmente por el parque, ese parque envenenado de arrebatos y canciones que marcaron los preceptos de la noche, de sus noches; concluyo su hazaña, esa que el tenia siempre en mente de hacer victima a una mujer de sus propios pensamientos…


Allí prometió que esta fuese su última mudanza.