Una historia muy similar a una película circular con cola; máxima de dos horas, incluso menos. Llena de detonantes y un clímax inesperado, puntos de giro más indecisos que el andar impreciso de sus protagonistas.
Como estrategia: Ahora pretende desafiarle para luego endulzarle, sin ahogarle como él cree que sería; ya que corre como cuando gritan que esta libre la portería. Sin embargo, ella sufre de jaqueca cuando se le alborotan las abejas. De esas que entre vuelan los estómagos cuando se dispara el corazón.
El día que lo conoció, sus risos cautivaron la atención de Emily, no como otros que simplemente la llaman creyendo que es una puta extrovertida que teme ir a casa. Después de unas horas sin necesidad de rubor quién iba a decir que se atrevió a hablar, después de todo ella es algo tímida frente a sus gustos, con la desdicha de imaginar su sonrisa a causa de otra y entre tacones gigantes, corbatas, alborotos y aplausos se deslumbro con sus sandeces y se dejo llevar echándolo todo a perder. Sin embargo, sólo fue cuestión de unos meses para que apareciera lo que viento se llevo, como cuando un niño recupera su balón perdido. A diferencia de que él, nunca ha sido de su propiedad y es claro que nunca lo será.
Como cuando un niño recibe su primer
juguete un poco atontado e inexplicablemente feliz así se sentía, como con un
batido de limón que a pesar de su acidez conserva su textura suave por la
facilidad de tentar su boca; como un litro de helado que
extremadamente delicioso siempre le ocasionaban ganas de más…7 meses, 2 semanas,
5 días. Pasa el tiempo, los caprichos, los veranos, los reproches siendo él único descomponedor de sus noches; tratando
de entender que una estrella fugaz efímera y sin lugar fijo ni edad.
Él,
un guerrero de la selva, un lunático del viento, un anciano de cervezas y un
niño de razonamientos. Un viajero imparable, radiador de sonrisas que logra
lenta y vigorosamente dejarle de recoger con cucharita… Él tiene el silencio y
la maravilla del ingenio.
El Anciano - Uno de sus amores más temidos, más
codiciados… Ella sin tener idea del
calor de sus manos, pero si del poder de su risa. Tiene grandes dudas de que pueda pasar mañana,
ya que tiende arruinar momentos; no obstante
cree en la palabra amor y le disgusta la palabra fiel. A ella le agrada la
relajación y bajo la lluvia caminar. Canta con desafinación y bebe con
hostilidad. Sufre de terquedad y multipolaridad a pesar de que aún conserve la
fe en que pueda hacerle volar aquel anciano vagabundo que acabo con su
vulnerabilidad. Emily tiene claro ya la
dirección de los pasos que entre las pupilas se aleja. Posee la firmeza de
creer en un amor con libertad y un hacer
de solvencia con creatividad. Sin embargo lo perdió entre líneas de
conclusiones errantes y afanes simultáneos.Ahora no sabe ni de que hablarle pues sólo quiere fotografiarle, ahora
no sabe si proponerle que la tome de la mano y que la agarres fuerte. Él
sabe, para que ella no se pierda; o permitir que el
tiempo lo lleve; pues de las relaciones prefiere las ciencias exactas.
Gritos, sin sabores… Emi gusta de la
buena cocina, pero en el pueblo es difícil mantenerla limpia y él es demasiado
plato por estos días; además para ella su vicio favorito es probar labios frescos pero los de él la han dejado sin aliento, porque no es la droga perfecta simplemente es la que
quiere que la mate. Su gusto y su pasión no se
desvanecen tan fáciles como el alcanfor. Lo que desea es que el Anciano pueda estar con otra, sin olvidar
que para Emi son el uno para el otro.
Ella cree en morir entre sus brazos, en
volverlo a caminar, en las noches frías de verano y en las ansias del suspirar...
Toda suya siempre todavía… Anciano.
1 comment:
" Llena de detonantes y un clímax inesperado, puntos de giro más indecisos que el andar impreciso de sus protagonistas"
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