Tan ligera como una pluma, pero es un baúl de secretos y de recuerdos, ella levanta su cabeza, de repente resbala por un pantano de lujurias, agonías, terrores, una obscuridad siniestra que despelleja su alma y la envenena. Veneno que se vuelve ella misma derretida, carcomiendose y contando hormigas. Si, hormigas acuarelosas, azulosas, amorosas, dolorosas.
Levanta su falda, rompe su camisa; toma su guitarra y con unas 3 lagrimas en su rostro y un pequeño temblor en su voz emprende un nuevo destino lleno de quehaceres y oportunismos... Tip.. trip .. trip.. Esta rota casi en mil pedazos de carton. Es una luz hostigante, esa confusion. Esas palabras que no entienden, esas miradas que no llegaron, ese miedo de estar sola y esas ganas de estar acompañada.
Sueña despierta, amanece confundida y de un día para otro canta fuertemente con un vago tono de voz aquella vieja canción suicida y sonriente, camina, respira ella logra desatar sus cadenas invisibles y aunque frágil se enamora de su ser, no conforme con si misma mueve sus aranceles sonriendole a la vida sin importar lo que digan lo que importa es sentirse viva. Viva dentro de su cuerpo inerte. Viva dentro del polvo.
Siempre y cuando esta la noche que necesita de otros para ser bella, frecuente, sincera pero fragil como un hielo en un desierto, como una muralla, como una jerarquia, como una niña roja.